Blanco, M. (Presentador). Críptidos reptilianos. Emisarios de otra civilización. Espacio en Blanco. Radio Nacional de España. 21-06-2025*
Tema: Criptozoología y estrategia de conquista extraterrestre detrás de los críptidos reptiloides.
Invitado: Charles T. Gepheito, criptozoólogo norteamericano.
"Solo cuando el túnel está en la más absoluta oscuridad, es cuando puede volver otra vez la luz."
[…]
Miguel Blanco (MB): Bienvenidos aquellos y aquellas oyentes que no hayan escuchado la primera parte del programa. En esta sección nos acompaña un invitado muy especial, el doctor Charles T. Gepheito, investigador de lo insólito y autor de varios libros que han generado debate en la comunidad crptozoológica. Doctor Gepheito, buenas noches.
Charles T. Gepheito (CG): Buenas noches, Miguel. Es un honor estar en este programa; os sigo desde hace años.
MB: Muchas gracias por la parte que nos toca. Vamos al asunto que nos ha reunido hoy aquí. Es usted un reputado criptozoólogo a nivel mundial y hoy viene a presentar una teoría polémica que ha sacudido los cimientos de su especialidad. Según esta, los avistamientos de críptidos en todo el mundo no serían de animales desconocidos para la ciencia sino parte de una estrategia extraterrestre. ¿Puede explicarnos de qué estamos hablando?
CG: Por supuesto. Lo que planteo es que muchos de los llamados críptidos no son animales terrestres desconocidos, como ya has anticipado, sino fauna transportada por una civilización extraterrestre que estudia la Tierra. Igual que un científico lleva ratones a un laboratorio, ellos traen a sus propios animales aquí, para estudiar cómo les afectan las condiciones geofísicas de nuestro planeta.
MB: Es decir, que cuando la gente cree haber visto un monstruo, lo que en realidad ha observado es… ¿un alienígena?
CG: Exacto. Bueno, un animal alienígena para ser más precisos. Y lo más inquietante es que no se trata de simples pruebas experimentales. Estos avistamientos forman parte de un proceso de aclimatación, una forma de ir colonizando sin que lo notemos.
MB: Usted ha citado en sus investigaciones varios críptidos de aspecto reptiliano que reforzarían su teoría. ¿Podría darnos ejemplos?
CG: Claro. Tenemos una lista larga, pero le mencionaré algunos.
En Estados Unidos hay varios. La bibliografía nos habla en un primer momento de los Thunderbirds, reptiles voladores de gran tamaño, similares a los pterosaurios del pasado. Ya a finales del siglo XIX y principios del XX se recogen testimonios de estas aves del trueno, orales, escritos y fotográficos. Otro caso es el Hombre Lagarto de Bishopville, en Carolina del Sur. Este es descrito como un ser bípedo, cubierto de escamas verdes, con ojos rojos. Aparece en un área pantanosa, ecosistema ideal para probar resistencia a la humedad y calor. Existe también el Loveland Frogman, en Ohio, un humanoide anfibio azul de aspecto reptiliano, que ha sido reportado varias veces en carreteras secundarias. Estos dos seres entran en contradicción con el discurso de George Bush, padre, en la Asamblea General de la ONU de septiembre de 1991. Por el relato de los testigos sabemos que su actitud tiene más que ver con la de seres conscientes que con la de animales. Pero no hay confirmación oficial de la existencia de vida inteligente más allá de nuestro planeta, ¿cierto?
África es otro lugar en el que aparecen con frecuencia criptorreptiles imposibles de explicar por la ciencia. El Mokele-Mbembe, por ejemplo, visto en la cuenca del Congo. Ha sido descrito como un saurio de cuello largo, semejante a un diplodocus, pero con rasgos de cocodrilo. No encaja en la zoología actual ni en el registro fósil. También podemos hablar del Kasai Rex, una especie de terópodo semejante a los grandes carnívoros del Cretácico.
Viajando al hemisferio Sur, en Australia, lugar de origen de la fauna más especial del mundo, también encontraremos seres de este tipo. Uno de ellos, el Bunyip, es descrito como un reptil cuadrúpedo que acecha en las zonas pantanosas, con una cabeza larga y poderosa, grandes colmillos, un cuerpo robusto y una cola corta. Por supuesto, cubierto de escamas. Y, de nuevo, encontramos aquí a otro bípedo terrorífico, el Burrunjor. Este criptorreptil se asemeja en tamaño y forma a los terópodos del Mesozoico, aunque otras descripciones lo asemejan a grandes varanos, pero de dos patas.
Por último quisiera hablar del grupo de críptidos acuáticos. Criaturas como Nessie, Nahuelito, el dragón del lago Brosno, las serpientes titán del Amazonas o el misterioso sonido Bloop también son muestras de estos criptorreptiles extraterrestres.
MB: Todos estos casos apuntan a un modelo obvio. ¿Por qué cree usted que los extraterrestres utilizan ese tipo de fauna?
CG: Dadas las características de estos animales, suponemos que las condiciones de vida de su planeta de origen serían muy parecidas a las del Cretácico terrestre: mayor temperatura tanto en tierra como en el agua, climas tropicales o subtropicales, mayor proporción de oxígeno en la atmósfera. Diferentes en lo particular, pero parecidas a nuestro planeta en lo general. Si logran que sus especies sobrevivan aquí, el siguiente paso sería introducirse ellos mismos en masa.
MB:Eso suena inquietante. ¿Sugiere que estamos ante el preludio de una conquista?
CG: Sí, sin duda. Otros compañeros ven monstruos en la carretera o en un lago, y lo llaman criptozoología. Pero yo lo llamo biología de avanzada. Ya he planteado esto mismo a los miembros de la Oficina de Información Astral de la ONU, aunque no he obtenido una respuesta firme sobre ello.
MB: Tanto si la ONU responde como si no, la pregunta es inevitable. ¿Qué deberíamos hacer nosotros, como humanidad, ante esta amenaza velada?
CG: Lo primero, Miguel, es tomar en serio los testimonios. La ciencia oficial descarta estos relatos como leyendas, alucinaciones o fraudes. Pero si los analizamos como un patrón global, descubrimos que no son casos aislados. Desde Alaska hasta Australia, pasando por África y Europa, hay informes coincidentes de seres reptilianos en zonas pantanosas, bosques, lagunas y selvas tropicales. Y se mantienen en el tiempo, aunque la ciencia avance. Antes podríamos pensar que eran fruto del acervo cultural, pero ahora sabemos que los terópodos tenían plumas o protoplumas y los testigos nunca refieren estas características cuando hablan del Kasai Rex o el Burrunjor. Su aspecto es eminentemente reptiliano a lo largo del tiempo.
MB: Tenemos claro que según su teoría estos animales viven entre nosotros; pero ¿cree usted que estos críptidos podrían estar siendo vigilados además de adaptándose?
CG: Es imposible que estos animales no estén enviando información de su experiencia en la Tierra a su planeta natal. Igual que nosotros liberamos animales de centros de recuperación en su hábitat natural y los mandamos con GPS y aparatos para registrar sus constantes vitales; muy probablemente estos criptorreptiles tengan tecnología en sus cuerpos para enviar datos. Serían lo sondas biológicas, al fin y al cabo.
MB: ¿Y cómo es posible que estos animales hayan llegado a nuestro planeta? ¿Y por qué no podemos cazarlos y sacarlos de su hábitat?
CG: Son dos muy buenas preguntas. Criptozoología y ufología tienen ramas que van de la mano. Esta teoría que presento hoy aquí es precisamente eso. No tenemos pruebas de que lleguen en grandes naves, los dejen aquí y se vayan, por lo que podemos pensar que tienen otro tipo de tecnología, como portales cuánticos que se abran cerca de nuestra atmósfera y lleguen a la Tierra, una suerte de pasillos que faciliten el trasporte de estos animales. La segunda tiene una respuesta obvia. No podemos cazarlos porque usan esos mismos pasillos para llevárselos cuando ya han recogido datos suficientes. Del mismo modo, esto explicaría por qué hay veces que las descripciones son diferentes. Puede que el Burrunjor parezca un terópodo, un varano o un reptil desconocido porque realmente sean animales diferentes.
MB: Creo que nuestros oyentes quedarán satisfechos con la respuesta. Doctor, permítame ser directo, ¿estas avanzadillas animales suponen un peligro de invasión real?
CG: Si estos experimentos continúan, Miguel, sí. No será una invasión al estilo Hollywood, sino una sustitución progresiva de la fauna planetaria. Cuando despertemos, quizás ya compartamos nuestro hogar con especies que no reconocemos y que no necesitan pedir permiso para vivir aquí. Ocuparán el nicho biológico de nuestros animales y quién sabe si eso no vendrá acompañado de un proceso de ingeniería planetaria que, sin haberlo notado, vaya calentando nuestro hogar progresivamente hasta volver a las condiciones climáticas del Cretácico.
MB: Inquietante. Críptidos, reptiles imposibles, quizás emisarios de otro mundo. La pregunta es: ¿somos meros observadores de una experiencia biológica… o las cobayas de un laboratorio cósmico? La respuesta la pueden buscar ustedes, queridos oyentes.
Antes de terminar, ¿usted ha tenido alguna experiencia directa con estas criaturas?
CG: Sí, Miguel. Y le confieso que me ha costado años contarlo en público. Fue en 1998, en Coralina, junto al Lago Cai-Cai Vilu, también llamado Lago Libertad. Estaba investigando avistamientos de un supuesto hombre lagarto. Durante la noche, armado con cámaras infrarrojas, me adentré en una zona pantanosa, cerca de las ruinas de un poblado mapuche. Allí lo vi casi tan cerca como vemos a tus técnicos de sonido. Un ser de casi dos metros, con la piel cubierta de escamas naranjas, que podía ver en sus brazos y cabeza, y ojos verdes que brillaban con la luz de mi linterna. Me llamó la atención que llevara en sus manos un dispositivo semejante a los radares portátiles que se ven en las películas. Pero me impactaron sobre manera sus facciones. A pesar de tener la cabeza cubierta de escamas, tenía orejas y una nariz pequeña, la boca no se distinguía. Sus ojos verdes, sin pupila, me miraron fijamente, mientras apuntaba ese objeto hacia el agua. Hubo un instante en que sentí como si me escaneara por dentro. Luego emitió un sonido gutural y se sumergió en el lago con una rapidez imposible para un humano.
MB:¿Pudo registrarlo con sus cámaras?
CG: Sí… pero las grabaciones aparecieron después corrompidas. Archivos incompletos, imágenes distorsionadas, ya sabes como es a veces la tecnología. Solo quedaron algunos segundos de audio con esos gruñidos y créame, cada vez que lo escucho me recorren escalofríos. Conservo un boceto de la cabeza de aquel ser que hice a lápiz esa misma noche, antes de volver al hotel para tratar de descansar, esperando que la criatura no me encontrase dormido en plena madrugada.
MB: Vaya noche debió ser aquella. ¿Y qué concluyó de aquel encuentro?
CG: Dormí poco, la verdad (risas). ¿Cuál es mi conclusión? Que no estamos estudiando a los críptidos, sino que ellos son el vehículo de estudio para los humanoides que también hemos registrado como críptidos. Esa criatura no se comportaba como un animal, lo hacía como un agente en una misión concreta. Defenderé ante quien sea que los extraterrestres han visitado y visitan nuestro planeta. A pesar de que la ONU haga sus esfuerzos por ser trasparente no creo que la Oficina de Información Astral cuente toda la verdad. Los testimonios que yo mismo he recogido y el mío propio así lo avalan.
MB: Doctor Gepheito, sus palabras nos dejan una sensación agridulce. Si lo que dice es cierto, tal vez no estemos solos… ni siquiera en nuestras selvas, pantanos y montañas, pero la amenaza de una conquista ha quedado clara.
CG: Así es, Miguel. Y cuanto antes lo aceptemos, más preparados estaremos para lo que venga.
MB: Esperemos estarlo para cuando llegue el momento y que ese sea, por lo menos, no antes del 2050. Buenas noches, Dr. Gepheito.
CG: Buenas noches, Miguel, y muchas gracias por dar voz a aquellos que no la tenemos en la comunidad científica .
MB: Esta noche, queridos oyentes, hemos escuchado una hipótesis fascinante y perturbadora: los críptidos como emisarios biológicos de civilizaciones extraterrestres, tanteando la Tierra antes de la llegada de sus dueños. Misterios que, quizá, un día dejarán de serlo. Silencio, oscuridad, y en los bordes del mundo conocido ojos reptilianos que nos observan.
Hasta aquí Espacio en Blanco. Buenas noches a todos.
*Este relato es una obra de ficción. La entrevista a Charles T. Gepheito y las declaraciones atribuidas a este criptozoólogo son imaginarias, creadas con fines narrativos.