lunes, 2 de junio de 2025

CONTACTO EXTRATERRESTRE: EL CASO CORALINA

Jiménez del Oso, F. (1991) Contacto Extraterrestre: el caso Coralina. Revista Más Allá de la Ciencia, nº 32, vol. I, 45-50.

Coralina es uno de los territorios de Sudamérica con mayor actividad extraterrestre de toda América latina. Los restos arqueológicos y las leyendas del pueblo mapuche que habitó este territorio, los Kara-Beyengun, así lo atestiguan. Pero antes de entrar en materia, conozcamos un poco de la historia de esta región.

 La República Democrática de Coralina, o simplemente Coralina, es un pequeño país situado en Sudamérica, con frontera entre Chile y Argentina. Tras la independencia se mantuvo como territorio fiel a la Corona, aunque sin vinculación legal, autonombrándose como Virreinato de Coralina. Fue ocupado por Argentina dentro de la campaña de Julio Argentino Roca para la colonización de territorios (la llamada Campaña del Desierto), convirtiéndolo en la Provincia de Coralina, el que sería su nombre hasta la Guerra de Independencia de 1914. En manos de los Echegaray, una potente familia ganadera, la provincia declaró su independencia como la República Coraliana de Nuevos Ángeles (capital del territorio, a la sombra del Trentren-Vilu), aunque duraría muy poco y el líder campesino José Ernesto García tomaría el poder por la fuerza, estableciendo la República Democrática de Coralina en 1922, siguiendo la estela de Rusia. Durante todos los años de la República Coraliana, Argentina trató de reconquistar el territorio, pero la guerra se recrudeció con el ascenso al poder de García y su proximidad a los postulados del Partido Comunista Ruso.  

Familia Echegaray

José Ernesto García. Líder revolucionario de Coralina

La paz llegó con el acuerdo de Nuevos Ángeles, en el que Argentina y Coralina firmaron un armisticio por el cual los coralianos conservaban el territorio y se comprometían a no ampliar sus fronteras, como pretendió García en un comienzo, y aceptaron pagar las reparaciones de guerra a su rival, todo amparado por la Sociedad de Naciones. Desde entonces, Coralina fue objeto de intentos de intervención de potencias extranjeras, hasta que en los años 60 se descubrieron minas de silicio y tierras raras de una calidad superior, lo que le convirtió en socio comercial de los mismos que querían someterla, dejando de lado su sistema político. A día de hoy, el país sigue en manos de la dinastía García, pero su nivel de vida y riqueza se asemeja más a los EE UU que a las repúblicas socialistas satélites de la URSS.

Minas a cielo abierto de la empresa estatal de Coralina

Como ya hemos dicho, antes de ser ocupada por los españoles, en este territorio vivía una tribu mapuche, conocida como los Kara-Beyengun, que vendría a significar algo así como "el pueblo de ellos/los otros". Según los relatos de otras tribus, este era su nombre porque su origen provenía de las estrellas, de la unión entre los mapuches de la zona y los "vilu", seres del cielo que por su aspecto recordaban a las serpientes de la creación. De esta combinación nacerían los Kara, siendo mitad mapuche y mitad vilu.

Según la mitología Kara, los Vilu eran jinetes de pájaros enormes (cawellutulu wachi) con características metálicas que descendieron del  cielo y enseñaron a los Kara a cultivar y cuidar del ganado. También contaban que estos Vilu tenían características de reptiles antropomorfos y que algunos de ellos se reprodujeron con mujeres Kara, resultando una sorprendente hibridación entre ambas especies.

Pintura rupestre de los Vilu

¿Cuál es la descripción que hacían los indígenas de estos seres celestiales? Curiosamente los Vilu no parecían pertenecer a una única especie. Según los relatos ancestrales, dos tipos de Vilu bajaron a la tierra:

Trentren-Vilu es el nombre con el que se conoce a la serpiente de la creación mapuche. Los Kara asociaron con seres muy parecidos a serpientes, pero de cuerpo antropomorfo. El volcán en cuya ladera se levanta Nuevos Ángeles tiene este nombre.

Caicai-Vilu, por su parte, lo utilizaron para referirse a la otra gran serpiente dadora de vida y que los nativos kara asociaron a seres reptilianos de color azul y ojos rojos. El mayor lago natural, de origen glacial, de Coralina tiene este nombre.

Dibujo hecho según las descripciones de los Kara

¿Es el hecho de que los Vilu fueran seres celestiales el que está unido a la actividad OVNI? Sin duda tanto el volcán de Nuevos Ángeles como el gran lago Caicai-Vilu han sido lugares frecuentes de contacto y avistamientos.

Se ha documentado una cantidad ingente de avistamientos sobre el Trentren-Vilu. sobre todo esferas luminosas flotando sobre el cráter. Estos avistamientos han sido observado tanto por personas autóctonas como por turistas. Los diferentes testimonios aseguran que no se parecen a aviones, helicópteros u otros artefactos conocidos y que se suelen adentrar en el cráter o moverse a gran velocidad.

De igual modo, en el lago Caicai-Vilu se han reportado fenómenos inexplicables como esferas luminosas de color blanco, amarillo o azulado que flotan sobre la superficie. Otros testigos hablan de plataformas que emergen del lago y vuelven a sumergirse una vez que las esferas de luz han despegado hacia el volcán, como si siguieran una vía aérea invisible.

Foto tomada por un turista español de visita al Lago libertad en 1988

Pero estos registros no sólo son actuales. En los Comentarios Reales de los Incas, el cronista Inca Garcilaso de la Vega menciona leyendas incaicas sobre seres llegados del cielo y dedica una parte a los Kara-Beyengun en el que narra como un español que convivió con ellos llegó a conocer a uno de los Caicai que había salido de las aguas del lago. Siempre se ha supuesto que simplemente era una leyenda más, como la de los patagones. Pero a la vista de las revelaciones actuales, puede que este encuentro sea rigurosamente cierto.

Ilustración del libro Comentarios Reales de los Incas. Madrid, 1675

Los relatos de los Kara-Beyengun y los avistamientos recientes en el volcán y el lago parecen más que simples mitos. Las descripciones de los Vilu —seres reptilianos que descendían del cielo y se mezclaban con los humanos— encajan inquietantemente con las luces y plataformas avistadas hoy.

Si los testimonios recogidos por Inca Garcilaso de la Vega fueran ciertos, el español que convivió con los Kara habría conocido a un Caicai salido del lago, un contacto que pondría en duda todo lo que sabemos sobre la historia del lugar.

Y lo más inquietante: ¿y si los Vilu nunca se fueron? Y si se fueron... ¿cuándo volverán? La administración Bush ha anunciado que el presidente hará una declaración de gran importancia para todo el mundo, ¿será este el momento en el que se desvele por fin la existencia de vida extraterrestre?

Los misterios siguen ahí... esperando a ser desvelados.


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